La técnica de pintura acrílica ofrece una textura con colores vivos y duraderos que realza la profundidad y realidad de la obra.
Sobre un soporte realizado en madera cortado a medida, añade una estabilidad y durabilidad incomparable al lienzo.
Se evita así el deterioro causado por el tiempo y los cambios de tensión del soporte.
Si lo prefiere también en acuarela.